Renuncie a mi trabajo a una semana de recibir mi aguinaldo sin saber que hasta hoy no me han liquidado.
Renuncie para iniciar mi propio proyecto de vida, sin saber que este tardaría en darme dinero.
Renuncie sin pensar que la navidad me caería encima con el bolsillo escaso y la cartera expuesta.
Y aún así estos han sido los mejores días de hace mucho tiempo, me siento productiva y cada página que avanzo mi sueño toma un mejor rumbo.
Renuncie sin pensar que habría consecuencias pero también mucha felicidad.