He asistido por casi un mes al gimnasio que queda a pocas calles de mi casa, por dos horas a diario, y en este tiempo en lugar de perder kilos he ganado ideas, me he dado cuenta de cosas que ignoraba de mi vida, como el hecho de que siempre seremos seres inmaduros en la vida y los típicos grupos de mujeres se seguirán haciendo hasta que son mayores.
Siempre he dicho que no soy una mujer común, no me distingo por tener un grupo de amigas y generalmente me identifico más con los hombres que con las mujeres, claro que la mayoría de mis relaciones siempre han terminado bien.
En el gimnasio se pueden ver grupos de mujeres por todos lados, mujeres a punto de llegar a la tercera edad con sus platicas de trabajo y esposos, las cuarentonas tratando de retrasar el paso del tiempo lo más posible.
Las treintañeras creen que se pueden comer el mundo, usan sus mayas se súperheroinas, se decoloran el cabello y se esconden tras mascaras de maquillaje aun sabiendo que van a sudar. Las veinteañeras son las más graciosas, pues estas invaden el gimnasio por todos lados, desde las chicas que no le hablan a nadie, las frustradas con su cuerpo que intentan romper sus limitaciones para obtener lo deseado, hasta las chicas con el cuerpo perfecto que roban miradas por donde quiera que van.
He asistido por casi un mes al gimnasio, y en lugar de perder kilos e ganado ideas. Siempre he gano ideas.
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