En estos veintitrés años de existencia me he dado cuenta de que siempre habrá cosas pendientes, nunca tendremos paz; se infiltran en nuestra mente perturbandonos y entre más crecemos más cosas tenemos.
Son pequeños bichos que pesan como balas de cañón: Arreglar el cuarto, limpiar el closet, empezar a ahorra, realizar ese viaje, remodelar la casa, visitar a aquel lejano familiar, llamar a aquel viejo amigo, terminar de leer ese libro, comprar aquel pecado, empezar la dieta...
¿Puedes sentir el peso de las balas en tu mente?
Se almacenan poco a poco, pero nunca se llenará nuestra mente, siempre habrá espacio para un pendiente más.
Bienaventurados los libres de pendientes, pues de ellos es el reino de los cielos.
RaWwWr!!!
1 comentario:
Ni los muertos serán libres. Todos tenemos algo para hacer después.
Publicar un comentario