Cuando todo estuvo dicho, las palabras volaron en el viento e irónicamente rieron, haciéndome sentir que desde hace mucho el fin ya se había hospedado en mi corazón.
Lo dificil no es decir adiós, sino el hecho de fingir que nada paso, que nada ha cambiado en mi interior.
4 comentarios:
Lindo escrito...
Duele, no es la muerte. Pero duele.
Suerte,
J.
¿Por qué tienes que fingir? Adiós es adiós ante la vista de todos. No inmiscuirse es primordial.
Un abrazo
Interesante blog con interesantes comentarios
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